Reflexión final

A lo largo de este viaje literario virtual, he querido compartir algo más que simples análisis literarios: he querido compartir una experiencia. Empezamos con cuentos que nos recuerdan a la infancia, relacionados con la fantasía como La Princesa Dragón o Caperucita Roja. Poco a poco, fuimos adentrándonos en textos más complejos, con una historia detrás como El Conde Lucanor o El Abencerraje. Seguidamente, nos enfrentamos a obras que nos hacen pensar, sentir y vivir como ¡Ay, Carmela! o La dama boba. Finalmente, acabamos con un libro personal, que ha sido el último que he leído, el cual está lleno de enseñanzas prácticas y buenos hábitos emprendedores; Los secretos de una mente millonaria.
Todos y cada uno de estos libros me han enseñado algo. Unos me han hecho reflexionar, otros replantearme ideas y algunos volver a sentirme un niño. Esto es lo bonito de la literatura, que siempre de una manera u otra te transmite un sentimiento o una enseñanza, ya sea por medio de una simple historia o debido a una obra compleja. He intentado que este blog no sea sólo un espacio académico, sino un lugar para expresar mis emociones, preguntas y conexiones personales enlazadas con los textos leídos.
Gracias por acompañarme en este recorrido. Espero que te hayas sentido identificad@ con alguna lectura, si alguna frase te ha hecho pensar o simplemente que te haya incentivado a comenzar con la lectura. Si se ha cumplido algunas de estas opciones, ha valido la pena tanto crear el blog, como que lo leas.
Te invito a seguir explorando blogs de lectura, porque este ámbito es excepcional.